lunes, 28 de abril de 2014

Hierbas Ephedra nebrodensis Tineo ex Gauss.

Hierbas

A pesar de lo poco llamativa que resulta, esta planta también tiene su interés y su función.
Este arbusto curiosamente pertenece al grupo de las Gimnospermas,esas plantas que carecen de flores verdaderas, sus semillas van al descubierto, ya que al no tener ovario carecen de verdaderos frutos.
El género Ephedra, es uno de los más antiguos de las plantas con semillas, al igual que ocurre con otras curiosas gimnospermas como los ginkgos y cycas, son verdaderos fósiles vivientes que dominaron la Tierra hasta hace unos 65 millones de años.
Este género es el único representante de la familia Ephedraceas incluida en la clase Gnetópsida
  • Clase Ginkgopsida: Género Ginkgo.

  • Clase Cycadopsida : Género Cycas.

  • Clase Gnetopsida: Ephedra

  • Clase Coniferópsida:Coníferas

La Ephedra nebrodensis es un arbusto que se diferencia de las otras especies E. fragilis ,y E. distachia por poseer ramitas y margen de las hojas lampiñas,y ramas más finas.Además de ascender más en altitud (hasta unos 1700m) y soportar las heladas.

He tenido la fortuna de conocer a esta especie, en un matorral de sustrato calizo supramediterráneo junto a Berberis vulgaris subsp. australis y Cytisus scoparius subsp reverchonii a una altitud de unos 1500 metros de altitud, en la ladera NE de la Sierra de la Sagra.Puebla de Don Fadrique.





viernes, 28 de marzo de 2014

Flores La Flor del Ceibo - Erythrina crista-galli L

Flores

La flor del ceibo es la flor nacional de la República Argentina. También denominada seibo, seíbo o bucaré, fue declarada flor nacional argentina por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº13.847/42, del 22 de diciembre de 1942. De ahí que el 22 de Noviembre se celebra el día de la Flor Nacional. También es la flor nacional de nuestro país vecino la República Oriental del Uruguay.



El Ceibo es un árbol originario de América, de la zona subtropical, no muy alto, de tronco retorcido, pertenece a la familia de las leguminosas, por lo que las semillas se guardan en vainas encorvadas. Sus flores son rojas, de un rojo carmín. Crece en las riberas del Paraná y del Río de La Plata, pero se lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas a lo largo del país. La madera de ceibo es muy liviana y porosa, y se la utiliza para la construcción de balsas, colmenas, juguetes de aeromodelismo. Su presencia en parque y jardines argentinos, pone una nota de perfume y color. Y el admirador evita arrancar sus flores, debido a que sus ramas poseen una especie de aguijones.


Leyenda de la flor del ceibo
Según cuenta la leyenda la flor del ceibo nació cuando Anahí fue condenada a morir en la hoguera, después de un cruento combate entre su tribu y los guaraníes.
Por entre los árboles de la selva nativa corría Anahí. Conocía todos los rincones de la espesura, todos los pájaros que la poblaban, todas las flores. Amaba con pasión aquel suelo feraz, silvestre, que bañaban las aguas oscuras del río barroso. Y Anahí cantaba feliz en sus bosques, con una voz dulcísima, en tanto callaban los pájaros para escucharla. Subía al cielo la voz de la indiecita, y el rumor del río que iba a perderse en las islas hasta desembocar en el ancho estuario, la acompañaba. Nadie recordaba entonces que Anahí tenía un rostro poco agraciado, tanta era la belleza de su canto.
Pero un día resonó en la selva un rumor más violento que el del río, más poderoso que el de las cataratas que allá hacia el norte estremecían el aire. Retumbó en la espesura el ruido de las armas y hombres extraños de piel blanca remontaron las aguas y se internaron en la selva. La tribu de Anahí se defendió contra los invasores. Ella, junto a los suyos, luchó contra el más bravo. Nadie hubiera sospechado tanta fiereza en su cuerpecito moreno, tan pequeño. Vio caer a sus seres queridos y esto le dio fuerzas para seguir luchando, para tratar de impedir que aquellos extranjeros se adueñaran de su selva, de sus pájaros, de su río.
Un día, en el momento en que Anahí se disponía a volver a su refugio, fue apresada por dos soldados enemigos. Inútiles fueron sus esfuerzos por librarse aunque era ágil. La llevaron al campamento y la ataron a un poste, para impedir que huyera. Pero Anahí, con maña natural, rompió sus ligaduras, y valiéndose de la oscuridad de la noche, logró dar muerte al centinela.
Después intentó buscar un escondite entre sus árboles amados, pero no pudo llegar muy lejos. Sus enemigos la persiguieron y la pequeña Anahí volvió a caer en sus manos. La juzgaron con severidad: Anahí, culpable de haber matado a un soldado, debía morir en la hoguera. Y la sentencia se cumplió. La indiecita fue atada a un árbol de anchas hojas y a sus pies apilaron leña, a la que dieron fuego. las llamas subieron rápidamente envolviendo el tronco del árbol y el frágil cuerpo de Anahí, que pareció también una roja llamarada. Ante el asombro de los que contemplaban la escena, Anahí comenzó de pronto a cantar. Era como una invocación a su selva, a su tierra, a la que entregaba su corazón antes de morir. Su voz dulcísima estremeció a la noche, y la luz del nuevo día pareció responder a su llamado.
Con los primeros rayos del sol, se apagaron las llamas que envolvían Anahí. Entonces, los rudos soldados que la habían sentenciado quedaron mudos y paralizados. El cuerpo moreno de la indiecita se había transformado en un manojo de flores, rojas como las llamas que la envolvieron, hermosas como no había sido nunca la pequeña, maravillosas como su corazón apasionadamente enamorado de su tierra, adornando el árbol que la había sostenido.
Así nació el ceibo, la rara flor encarnada que ilumina los bosques de la mesopotamia argentina. La flor del ceibo que encarna el alma pura y altiva de una raza que ya no existe.



Para ampliar información:
www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=680 -

lunes, 27 de mayo de 2013

Especiales ¿Cómo cuidar la Scheflera?

Especiales Este tipo de plantas pueden llegar a medir tres metros y no necesita demasiados cuidados.

Para hacerle los cuidados especificos, fertilícela una vez por mes en invierno y en otoño. Modere los riegos durante los meses fríos pero rocíela a menudo.

No la ubique en lugares con temperaturas inferiores a los 13 grados y protéjala del ataque de las plagas porque es una especie muy sensible.

jueves, 23 de mayo de 2013

Plantas

Plantas Transplante

• El drenaje en las macetas con Orquídeas debe ser perfecto. Para conseguirlo es necesario un sustrato muy aireado, suelto y con un agujero de drenaje en el fondo libre. Piensa que la mayoría viven adheridas a la corteza de los árboles (epífitas) con las raíces al aire y adaptadas a secarse rápidamente.

• En general, el sustrato a los 2 ó 3 años pierde sus cualidades, se compacta reteniendo demasiada agua y acumulando sales de los fertilizantes. Si el riego y la fertilización han sido altos, se deteriora en sólo 1 año. Por tanto, hay que renovarlo haciendo un trasplante cada 1 ó 2 años.

Cortezas trituradas
Musgo

• Los materiales que se utilizan para sustratos son diversos. Una mezcla general y buena es la formada por cortezas trituradas con musgo en una proporción del 70% y 30% respectivamente. Para más comodidad, en el mercado se encuentran sustratos preparados para orquídeas.

• Usa la misma maceta que tenía, se trata únicamente de cambiar el sustrato. En una maceta grande no florecerá hasta que pasen 3 ó 4 años. Recuerda que las orquídeas son felices en tiestos pequeños. Elige un tiesto mayor si la planta ha crecido mucho.

Macetas para Orquídeas
• Los tiestos para Orquídeas epífitas suelen ser de plástico transparente para facilitar que la luz llegue a todas las raíces, como ocurre cuando está enganchada en un árbol de la selva.

• El mejor momento para trasplantar es a finales de invierno o como máximo a principios de primavera, que es cuando las Orquídeas comienzan su período de mayor actividad.

Trasplante Orquídeas

• Si las raíces están en mal estado, desmenuza el cepellón de sustrato, corta las raíces estropeadas o podridas y traslada a una maceta igual ó más pequeña, rellenando con sustrato nuevo.

• Puedes aprovechar el trasplante para dividir la planta y obtener varios ejemplares. Desmorona el cepellón, divide con las manos y planta cada división en una maceta distinta de tamaño apropiado y con sustrato fresco, Troncos de los árboles

viernes, 17 de mayo de 2013

Jardin Evitar el ataque de plagas

Jardin Para evitar este ataque, es fundamental que diariamente se revien las plantas.

Si ya le atacaron sus plantas, lo que debe de hacer es pulverizar con una mezcla de 2 cucharaditas de aceite vegetal, una pizca de detergente y 230ml de agua tibia de la canilla.

Luego, vera los resultados

Especiales Hierbas arómaticas: Cultivo Azafrán

Especiales Veamos los detalles de una de las especies más caras del mundo.
  • Nombre científico o latino: Crocus sativus
  • Nombre común o vulgar: Azafrán, Flor de azafrán
  • Familia: Liliáceas (Iridáceas).
  • Origen: se cree que fue cultivado originariamente en Cilicia, sur de Turquía, en una localidad llamada Corycus, de ahí le vendría el nombre a la planta. Otros dicen que la especia parece provenir de Persia.
  • El Género Crocus cuenta con unas 75 u 80 especies, unas 40 localizadas en Europa.
  • El azafrán está constituido por los estigmas unidos o no al estilo de la flor del Crocus sativus.
  • Constituye la especia cuyo mercado mundial ha sido y es liderada por España. - España, Grecia, Francia, Turquía, Irán, Marruecos y Cachemira son los principales productores, el que posee una calidad insuperable es el de la mancha.
  • El azafrán por su alto valor económico se ha denominado 'oro rojo', habiendo sido objeto de muy diversas adulteraciones y falsificaciones aprovechando su nombre y su valor.
  • El azafrán de España presenta filamentos más largos y delgados que el de otros países, menos grasientos, más secos, fáciles de romper, el color poco brillante y sabor ligeramente amargo.
  • El azafrán es una planta herbácea, bulbosa, perenne.
  • Altura normal de 10 a 25 cm.
  • Posee unas hojas largas, verdes y lineales, que crecen formando penachos.
  • Las hojas parecen nacer del bulbo, envueltas en su base por unas vainas; son lineraes, casi cilíndricas, erectas, de color verde oscuro y marcadas longitudinalmente con una banda blanca en su cara interna y una nervadura en su parte externa.
  • El número de hojas, agrupadas en manojo, oscila entre 6 y 10; su anchura suele ser de unos 2 mm y su altura sobrepasa la de las flores, pudiendo alcanzar y superar los 30 cm conforme se ala calidad de la planta.
  • Hojas y flores nacen generalmente al mismo tiempo. Ya avanzada la primavera estas hojas se secan.
  • Las flores suelen ser de 1 a 3 por tallo de la planta, que a su vez puede constar de 2 ó 3 tallos.
  • La flor consta de 6 pétalos de color violáceo.
  • Floración a principios de otoño (en el Hemisferio Norte, hacia la segunda quincena de octubre aparecen las flores).
  • Normalmente, la floración de un azafranal puede durar 20 días.
  • El azafranal puede presentar una intensa floración, a lo que se llama días de 'manto', y que dura unos dos a seis días, empezando a disminuir sucesivamente hasta terminar dicho período de floración.
  • Los estigmas destacan en la concavidad de la flor en número de 3, de color amarillo rojizo o anaranjado; 3 a 4 cm de largo, que una vez desecados quedan reducidos a 2 cm.
  • Finísimos en su base, devienen progresivamente más gruesos hasta alcanzar en su extremidad unos 2 mm; son por lo general acanalados y rematados en forma de maza o pequeña trompa.
  • El estigma seco posee una intensa fragancia y constituye lo que se denomina puramente azafrán.
  • Al conjunto de la flor se la denomina 'rosa del azafrán'.
  • El clima debería ser templado, cálido y seco, soporta bien temperaturas elevadas y fríos intensos, aunque las heladas tempranas pueden perjudicar la floración.
  • Luz: conviene que esté expuesta al sol.
  • Temperaturas: la temperatura media anual debería oscilar entre 10 y 15° C. La planta soporta temperaturas rigurosas, con valores que oscilan entre 35-40 ºC en verano y -15 ºC ó -20 ºC en invierno, referidos al medio ambiente, ya que las temperaturas propias del suelo varían ostensiblemente.
  • No obstante, valores del orden de -15 ºC ó -20 ºC si coinciden con períodos críticos del vegetal pueden ocasionar serial alteraciones en el bulbo, repercutiendo sensiblemente en los rendimientos finales de producto.
  • El suelo debe de ser profundo para evitar la compactación y con el objeto de permitir el almacenamiento de agua, aspecto fundamental tratándose de climas con bajos índices pluviométricos. 60-70 cm suele ser una profundidad apropiada.
  • Deberá ser un suelo equilibrado en materia orgánica con el fin de reducir los riesgos de erosión a que se hallan expuestos no pocos suelos dedicados a este cultivo.
  • Con un contenido del 1,5 al 2% de materia orgánica pueden obtenerse buenos rendimientos de azafrán.
  • El terreno debe estar perfectamente mullido, ligeramente húmedo pero no mojado.
  • PLANTACIÓN
  • La época para realizar la plantación varía según las zonas climáticas pero de modo general los meses más favorables son los de mayo y junio en el Hemisferio Norte, es decir, finales de primavera, ya que es en el transcurso de esos meses cuando las condiciones de suelo y clima muestran valores más óptimos para llevarla a cabo.
  • Se pueden cifrar unos 30 bulbos por metro cuadrado lo que nos daría una densidad de plantación de unos 300.000 bulbos por ha.
  • La profundidad de la plantación tiene su importancia.
  • Una variación de 5 cm en una zona expuesta a la acción de persistentes o rigurosas heladas puede influir en la fisiología del bulbo.
  • La profundidad del marco suele ser del orden de 12 a 15 cm conforme a condiciones de clima y suelo de cada zona.
  • La separación entre bulbos viene a ser de unos 10 cm con dos hileras por surco, separadas entre sí por unos 8-10 cm.
  • La separación entre surcos suele oscilar entre 25 y 30 cm de forma que quede espacio suficiente entre ambos para asentar bien los pies y permitir las labores propias del cultivo.
  • Previamente a la plantación es recomendable someter los bulbos a un tratamiento con algún fungicida y mantenerlos durante una semana o más a una temperatura de 35 ºC. Este proceso suberiza las posibles heridas y ayuda a combatir, en otros bulbos, la infección de fusarium.
  • Una vez efectuada la plantación de los bulbos, aproximadamente un mes después, es conveniente dar una cava de 10-12 cm de profundidad si se observa que el terreno denota la presencia de malas hierbas como resultado de la remoción de la tierra al ejecutar la plantación. Efectuarla con tacto para no dañar los bulbos.
  • CULTIVO:
  • Riego: es poco exigente de agua, pero tiene dos épocas críticas en cuanto a requerimientos de humedad, una en primavera para favorecer la formación de bulbos y otra a principios de otoño, para facilitar la brotación y floración.
  • Si es necesario, en esos momentos, se debe recurrir al riego, pero teniendo en cuenta que el exceso de humedad es mas perjudicial que la sequía, pues provoca la pudrición de las raíces.
  • Se trata de un vegetal perfectamente adaptado, desde hace siglos, a climas secos, rozando en ocasiones situaciones límites, que depende, casi exclusivamente, del agua procedente de las precipitaciones.
  • Abonado: las cantidades de estiércol a aplicar serán de 12000 a 20000 kg/ha. Aplicables como mínimo tres meses antes de la plantación de los bulbos.
  • El tercer año de cultivo, puede o no aplicarse abonado. Una gran mayoría de agricultores no lo lleva a cabo. Si se realiza, tanto las dosis como la época de abonado son las mismas que para el segundo año.
  • Durante los meses de verano se efectúan binas muy superficiales tendentes a evitar costras en la superficie del suelo.
  • Malas hierbas: es importante mantener el suelo en todo momento libre de vegetación adventicia. Se llegan a emplear herbicidas selectivos.
  • Laborero: la labor principal debe ser llevada a cabo correctamente. La operación consiste en una aradura profunda, entre 35-40 cm, siempre en función de las propiedades de que se halle dotado el suelo para la retención de agua.
  • Otra finalidad consiste en mullir la tierra favoreciendo con ello la infiltración del agua y contribuyendo con ello a incrementar las reservas del suelo; esto coadyuvará a evitar, llegado el período de sequía, la formación de concentraciones más o menos densas de sales, perjudiciales para el azafrán.
  • En octubre (principios de otoño), unos días antes de la floración, es aconsejable dar una ligera cava para mullir la costra de la superficie y permitir la floración de la planta sin problemas.
  • En septiembre hay que aplicar una bina superficial entre surcos con la finalidad de quebrar la costra superficial que se forma a la salida del verano, mullir y airear el mismo y eliminar las malas hierbas.
  • 10 ó 12 días después de la recolección de la flor del primer año, en octubre o noviembre, según regiones, es conveniente llevar a cabo otra cava superficial, entre surcos, con idéntica finalidad que las anteriores.

  • Enfermedades: la más común de las enfermedades y con toda posibilidad la más nociva, es el 'Mal vinoso', provocada por un hongo del suelo conocido como Rhizoctonia violacea Tul.
  • Este patógeno ataca al bulbo de azafrán provocando una sucesión de manchas purpúreas, violáceas o negruzcas que llegan a pudrir el órgano.
  • En el interior de éste se originan masas escleróticas blanquecinas en principio, salpicadas en un verdadero amasijo de puntos violáceos y rojizos; el bulbo va progresivamente ablandándose hasta descomponerse por completo.
  • Los síntomas característicos de la enfermedad se manifiestan en el bulbo mediante la presencia en el exterior del mismo de una malla de filamentos violáceos, de color semejante al vino, de ahí su nombre, y la razón de que a los bulbos afectados se les conozca como 'Cebollas borrachas'. Una vez afectada, la suerte de la planta es cuestión de días.

  • Otra enfermedad del azafrán es la llamada Gangrena seca. Conocida también como podredumbre, caries, etc., se caracteriza por la destrucción de la médula o carne de la cebolla enferma, en donde aparecen al principio unas manchas pardo-negruzcas que se agrandan poco a poco hasta afectar a toda la masa. Está producida por el hongo Sclerotinia bulborum.
  • Otra infección de hongos puede ser provocada por el Fusarium sp. Se manifiesta con desarrollo anormal de las hojas acompañado de clorosis. En cambio en la base del bulbo se asiste a una degeneración de las células con pérdida de las reservas nutritivas necesarias para la floración de la planta. De este modo, se dan descensos de producción que en los casos más graves pueden ser incluso del 30%. Cuando aparezcan hongos en la plantación ya hecha, se arrancarán las plantas afectadas y las próximas a ellas, para quemarlas o destruirlas inmediatamente. En esos suelos no se pondrá azafranal durante algunos años.
  • RECOLECCIÓN
  • Cada flor contiene sólo tres estigmas, para cosechar 450 gramos de azafrán, supone extraer entre 200.000 y 400.000 estigmas, es decir, miles de flores para reunir unos gramos. A título orientativo se podría decir que una hectárea de cultivo suministra alrededor de 15 kg de estigmas secos el primer año, unos 30 kg el segundo y unos 20 kg el tercer año de vegetación. Este trabajo se realiza a mano. La mano de obra precisa para la recolección de flores y separación de los estigmas se estima en unas 20 personas, durante unos 2 meses. La recogida hay que hacerla diariamente, antes de que el sol caliente; por tanto, en las primeras horas de la mañana, con lo que se evitará el que las flores se marchiten, ya que dificultará su recolección y monda. Para recoger la rosa, se hará una por una y por debajo de la inserción de los estigmas, empleando la uña del dedo pulgar apoyado sobre el índice. Una vez cortadas se echarán en cestas de esparto o mimbre, tratando de que las flores se compriman lo menos posible. Trasladada la flora a la casa o almacén, se procederá a su monda, o en caso de retrasarse unas horas, nunca se amontonarán las flores, pues se calentarían y perderían calidad, lo que perjudicaría al azafrán. Los estigmas sacados se colocarán, en capas de unos dos centímetros, en cedazos de tela metálica fina o tela de seda, poniéndolo sobre una estufa caliente, braseros, brasas de fuego o rústicos fuegos caseros. No se cortarán los estigmas demasiado altos, ya que se separarían los tres, ni demasiado bajos, porque quedaría unido a ellos una parte que afea el azafrán (llamados 'pajitos' y que son amarillos), sin que, por otra parte, aumente el peso del mismo. Algunas personas envuelven el producto recién tostado en talegos o pequeños saquitos de lana que guardan en cajas de madera o metal resistentes al óxido; otras lo llevan a cabo en frascos de vidrio opaco, con tapones parafinados, o en recipientes de barro: orzas, pequeñas tinajas, etc; hay quien envuelve el azafrán en tela negra -el color tiene su importancia por aquello de la luz- y lo conserva guardado durante años en arcones de madera o cajas forradas de cinc; todo ello para preservar el azafrán de los efectos de la humedad y de la luz. Llevada a cabo la recolección de la flor del tercer año es aconsejable levantar el azafranal, operación que acostumbra a ser efectuada a finales de primavera (mayo o junio). La plantación permanecerá en un mismo terreno por un período no mayor a los 3 años. Después de este tiempo, no conviene volver a plantar en el mismo sitio por otro período de 8 a 10 años.
  • El azafrán agota temporalmente el terreno para el propio cultivo, pues es cierto que una vez levantado el azafranal es aconsejable dejar transcurrir 10 ó 12 años antes de volver a plantar azafrán en esos terrenos, si bien pueden ser utilizados para otros como cereales o leguminosas.
  • No estará de más, puesto que de conservación tratamos, recordar las premisas mínimas para una buena conservación de los bulbos de azafrán, como son: almacenar éstos, una vez seleccionados y limpios los más sanos, sin manchas violáceas ni heridas, en capas de 20 a 25 cm, en locales secos y aireados, con temperatura aproximada entre 5 y 8 ºC y una humedad relativa del 65-75%.
  • El croco (bulbo) del azafrán tiene semillas estériles, de forma que ha de ser cultivado vegetativamente.
  • Cada año se forman dos o tres bulbitos en la base del bulbo principal que se recogen y se emplean para la nueva siembra.
  • Aunque la planta puede vivir hasta los 15 años, en la práctica se desechan cada 4 años.
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lunes, 15 de abril de 2013

Yuyos El jacarandá en flor

Yuyos
Nombre científico o latino: Jacaranda mimosifolia D. Don.
Nombre común o vulgar: Jacarandá, Palisandro, Tarco.
Sinónimo: Jacaranda ovalifolia.
Familia: Bignoniaceae.
Origen: Brasil, Paraguay y norte de Argentina.
Etimología: El nombre del género deriva de la denominación original que se le daba a esta planta en Brasil. Deriva de la voz guaraní jacarandá, palabra acentuada en la última sílaba

Los jacarandás, son un género de unas cuarenta especies de árboles y arbustos de la familia de las bignoniáceas, típicos de la América intertropical y subtropical, que prosperan preferentemente en zonas con un buen régimen de lluvias, aunque pueden implantarse y prosperar en zonas más templadas, por ejemplo hacia los 35°, de modo que se encuentran espléndidos jacarandás centenarios en Buenos Aires y en Montevideo.

Las variadas especies pueden alcanzar desde los 2 metros a los 30 metros de altura, de los cuales el fuste representa unos dos tercios. Éste llega a los 70 cm de diámetro, de forma recta y estilizada. La copa es poco densa y semeja un cono invertido. En su especie jacaranda mimosifolia es caducifolio en clima templado al llegar la primavera, como otras especies tropicales.

Sus hojas son opuestas, compuestas, con folíolos pinnatisectos en muchas de las especies, pinnadas o simples en algunas pocas especies.


Florece dos veces por año, en primavera y otoño, produciendo inflorescencias racimosas de flores de color azul violáceo y forma tubular en algunas especies, como la famosa jacaranda mimosifolia, pero varía su color, hacia el rosado en algunas, y al blanco en unas pocas. Las flores permanecen largamente en el árbol.


El fruto es una cápsula plana y leñosa, con dehiscencia circuncisa, de unos 5 a 7 cm de diámetro, multiseminada, lo que hace al genero jacaranda diferente a otras Bignoniaceae.


Por su aspecto los jacarandás son interesantes en jardinería. El jacarandá más típico es el jacaranda mimosifolia, árbol caducifolio de gran porte con frondosa copa que se cultiva ornamentalmente en plazas, parques y jardines.
Su madera gratamente aromática es muy apreciada en ebanistería y carpintería en especial para realizar laminados.
Para saber más del jacarandá:
¿Dónde ver los jacarandás en flor?:
Ir a Travesías http://www.travesiasdelalma.blogspot.com/




La Canción del Jacarandá
de María Elena Walsh

Al este y al oeste
llueve y lloverá
una flor y otra flor celeste
del jacarandá.

La vieja está en la cueva
pero ya saldrá
para ver que bonito nieva
del jacarandá.

Se ríen las ardillas,
ja jajá jajá,
porque el viento le hace cosquillas
al jacarandá.

El cielo en la vereda
dibujando está
con espuma y papel de seda
del jacarandá.

El viento como un brujo
vino por acá.
Con su cola barrió el dibujo
del jacarandá.

Si pasa por la escuela,
los chicos, quizá,
le pondrán una escarapela
del jacarandá.

Para escuchar la Canción del Jacarandá de María Elena Walsh: http://www.silvitablanco.com.ar/jacaranda/jacaranda.htm