viernes, 31 de julio de 2009

jueves, 30 de julio de 2009

Planta -JARDÍN BOTÁNICO MARIMURTRA

Planta JARDÍN BOTÁNICO MARIMURTRA
Estación Internacional de Biología Mediterránea



Hacia el año 1920, un alemán llamado Karl Faust se enamoró de este rincón del Mediterráneo llamado Costa Brava. La localidad de Blanes, antes un pueblecito marinero dedicado a la pesca y la agricultura, fue el marco elegido por Kart Faust para llevar a cabo su proyecto. Se dedicó a construir el Jardín Botánico Marimurtra al mismo tiempo que desarrollaba una intensa actividad de mecenazgo científico. Paralelamente a la creación del jardín, formó la Estación Internacional de Biología Mediterránea (EIBM).

El jardín Botánico Marimurtra es en la actualidad, uno de los más importantes de Europa: por el número de plantas ubicadas (4.000 especies), por su gran tamaño (17 ha.), por las actividades de conservación de plantas endémicas en peligro de extinción, por sus trabajos científicos y por el número de visitantes, que en ocasiones ha superado los quinientos mil anuales. La organización de las plantas siguiendo criterios científicos no está contrapuesta en Marimurtra al disfrute estético. Las diferentes comunidades mediterráneas de varios continentes representadas constituyen el valor estético de su fisonomía.
Conviene destacar también su importante colección de cactus y plantas suculentas, asi como la de palmáceas que engloban una importante variedad de especies.


Bibliografía:
Jardì Botànic Marimurtra Ed: EDDAVID 2005


DATOS DE INTERÉS:

DIRECCION: Passeig Karl Faust, 10 Blanes (Girona)
TELF: 972 33 08 26









miércoles, 29 de julio de 2009

Patio IMÁGENES DE CALENDARIO - JULIO

Patio -


La belle jardinière - Eugène Grasset
-

domingo, 26 de julio de 2009

Novedades Fotos de Flores :rosas :¿como se llama ,lo sabes ?

Novedades
¿Sabes como se llama esta flor... ?
Fotos de Flores-Galeria
Via:Banco de Imágenes Gratuitas
Fuente:Pixdaus
Aqui: Mas Fotos

sábado, 25 de julio de 2009

Plantas PASEO POR EL HAYEDO

Plantas

En estos días verano a veces tan sofocantes uno de los mayores placeres que podemos tener es dar un paseo por uno de nuestros maravillosos bosques. La frondosidad que tienen en esta época los hayedos hacen que aparezcan esas zonas umbrías bajo las cuales susurran los arroyos helados.



He intentado recrear un bosque de hayas en bonsái y os muestro algunas fotos de detalles. Le quedan muchos años de evolución pero pueden verse rincones interesantes.




lunes, 20 de julio de 2009

Yuyos El paraíso de tulipanes está en Keukenhof

Yuyos


Durante cada primavera europea, Keukenhof es un regalo para la vista.

Keukenhof es un parque floral, el más grande del mundo, ubicado en Lisse, Holanda, a unos 40 kilómetros al suroeste de Ámsterdam y a 50 Km. de Rotterdam.

La región de Lisse es una zona productora de tulipanes y bulbos por excelencia, y abre las puertas de esta maravillosa muestra floral para recibir millones de visitantes cada año.

Keukenhof es un extenso parque de 32 hectáreas en el que todos los años se plantan más de 7 millones de bulbos. Este trabajoarduo y de extrema dedicación permite al público maravillarse con un explosión de color y belleza tan solo 8 semanas por año. Y es que Keukenhof, sólo está abierto al público dos meses por año, desde mediados de marzo a mediados de mayo. La entrada es paga, y cuesta unos 13 Euros


¿Cómo nació Keukenhof?
El terreno en el que ahora está Keukenhof estaba destinado a la caza en el siglo XV. Además, en este lugar se recogían hierbas para la cocina del castillo de Jacoba de Baviera, de ahí el nombre de Keukenhof (significa 'jardín de la cocina' en neerlandés). El parque actual formaba parte de las extensas propiedades de Slot Teylingen, con hermosos bosques vírgenes y dunas. Tras la muerte de Jacoba de Baviera, Keukenhof pasó a manos de ricas familias de comerciantes. El barón y la baronesa Van Pallandt invitaron a los paisajistas J.D. y L.P. Zocher (quienes diseñaron el Vondelpark de Amsterdam) a idear un diseño para el jardín que rodeaba el castillo. Este diseño, de estilo paisajista inglés, sigue siendo la base de Keukenhof.

En la actualidad, las tierras pertenecen a una fundación. Por iniciativa del entonces alcalde de Lisse y algunos destacados productores y exportadores de bulbos de flores, se organizó aquí por primera vez en 1949 una exhibición de flores al aire libre. Este acto creció hasta convertirse en un encuentro anual que todavía hoy día atrae a numerosos visitantes de todo el mundo. Así, Keukenhof llegó a ser el parque que hoy conocemos.

¿Cómo es Keukenhof?

Disfruten de esta maravilla a través de la cámara de Anna.









Más fotos impactantes de Keukenhof
http://www.pbase.com/francist/holland&page=all

Videos de Keukenhof
http://travesiasdelalma.blogspot.com/search/label/Holanda

Para saber más acerca de Keukenhof:
Keukenhof... el arte en flores: http://travesiasdelalma.blogspot.com/search/label/Holanda
Sitio oficial del Parque de Keukenhof en español: www.keukenhof.nl/nm/espagnol.html

sábado, 18 de julio de 2009

Flores Hierbas arómaticas: Mirra o Cerifolio

Flores
  • Nombre científico o latino: Myrrhis odorata
  • Nombre común o vulgar: Cerifolio, Perifollo, Mirra, Perifollo oloroso, Perifollo almizclado
  • Familia: Umbelliferae (Umbelíferas).
  • Hierba perenne de hasta 1,5 m, cubierta de pelos cortos.
  • Las hojas de color verde brillante y lacias, llegan a parecer helechos.
  • Las flores de color blanco cremoso se agrupan en umbelas blandas.
  • Las semillas tienen una longitud de 2,5 cm, son estrechas y muy puntiagudas; cuando maduran su color se vuelve marrón oscuro.
  • Las flores florecen durante el período comprendido entre finales de primavera y final de verano.
  • Todas las partes de esta planta herbácea perenne tienen un ligero aroma anisado.
  • Las flores componen un buen complemento para arreglos con elementos de formas más definidas.
  • Las flores y las semillas se pueden secar colgándolas del tallo hacia abajo en un lugar cálido, seco y aireado.
  • Las semillas constituyen un ingrediente efectista para arreglos hechos con flores secas.
  • Las hojas se prensan bien.
CULTIVO:
  • Crece en prados y bosques de montaña, repisas con suelo mullido y fresco en zonas altas.
  • Prefiere la sombra parcial y suelos profundos y húmedos.
  • El terreno debe ser rico en minerales y tener buen drenaje.
  • Se puede plantar en otoño a partir de plantones de raíces.
  • La distancia entre plantas debe ser de 40 centímetros. Si se siembran semillas ha de ser en primavera.
  • Se cubren para que germinen bien, con poca tierra.
  • También se pueden sembrar en un semillero para después llevar los plantones al lugar deseado.
  • El cultivo en tiesto es difícil por las numerosas raíces que tiene esta planta.
  • Las hojas frescas se recolectan en primavera, para usarlas frescas. En otoño se recogen las raíces.
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jueves, 16 de julio de 2009

Especiales Blupeurum spinosum Gouan

Especiales Pendejo

Arbusto almohadillado espinoso de la familia de las umbelíferas, con tallos florales y umbelas de color amarillo verdoso. Se cría en las montañas calizas del sudeste de la Península Ibérica y N de África.

Fotografía realizada en el Supramediterráneo de la Sierra Nevada caliza.

martes, 14 de julio de 2009

Flores Ziziphus lotus Mill.

Flores
Arbusto altamente espinoso de hoja caduca, de la familia de las Rhamnaceas, sus ramas en zig-zag forman una tremenda maraña que actúa de refugio para la fauna , en este caso para los caracoles ,Iberus gualterianus (chapas).
Vive en el sur este Pen. , Murcia y Almería , también en el norte de África,formando comunidades de gran importancia ecológica junto al espino negro ,bufalagas, etc.. en zonas donde la aridez no permite el desarrollo de árboles.
Foto:Salinas del Cabo de Gata.

lunes, 13 de julio de 2009

Jardines Bonsái: Acodos

Jardines

  • ¿Qué es un acodo? Se trata de un método de reproducción, al igual que el esquejado, que nos puede resultar de una gran utilidad en determinados casos. Por ejemplo con ejemplares en los que interese obtener un clon que reproduzca exactamente alguna característica deseable de la planta madre, o con ejemplares que no produzcan semillas viables. Para estos casos tenemos un método de reproducción – el acodo - que puede ser mucho más rápido que el esqueje o la semilla ya que generalmente se parte de materiales más desarrollados.
    El acodo también puede ser una útil herramienta que nos permita aprovechar materiales poco prometedores. Si en algún punto del tronco nos encontramos con una herida o defecto importante, puede que no nos quede más remedio que tratar de obtener nuevas raíces por encima del defecto y cortar justo por debajo de éstas. El problema desaparece. Incluso si no hubiera defectos importantes un acodo nos va a permitir, si tenemos algo de habilidad, obtener un nebari de calidad, posiblemente mejor que el original.

  • ¿Cuándo realizar un acodo?
    Las hojas se encargan de formar las hormonas, auxinas, que van descendiendo por la planta siguiendo los caminos de savia. Conforme se van acumulando estas hormonas en alguna zona de la planta, la tendencia a emitir raíces se acentúa en ese punto. Es precisamente este efecto, que normalmente tiene lugar en la base del tronco, el que aprovecharemos en nuestro beneficio para obtener raíces allá donde las necesitemos. La idea básica del acodo consiste en interrumpir la circulación descendente de savia en un punto determinado para que las auxinas empiecen a acumularse en dicha zona hasta el punto en que acaben desarrollándose raíces.

    Para que esto funcione la planta debe tener hojas, y estas deben estar plenamente operativas, es decir, deben haber madurado. Es importante tener muy en cuenta que el punto en el que pretendamos realizar el acodo debe tener hojas por encima. Si no hay hojas, no se producirán auxinas y por tanto no enraizará.
    Esto implica que el acodo debe realizarse a principios de verano. En la península, mayo o junio pueden ser unos meses muy adecuados. Tampoco conviene esperar hasta muy avanzado el verano pues entonces se nos podría echar encima el otoño antes de que la planta hubiera podido reaccionar.

    El acodo se puede separar una vez tenga la suficiente cantidad de raíces. Dependiendo de cada caso esto puede llegar a suceder en uno o dos meses con especies de fácil enraizado, o puede demorarse uno o dos años en otras más lentas como por ejemplo con pinos. En cualquier caso como norma general no suele ser mala política esperar hasta la primavera siguiente para separar el acodo.

  • ¿Cómo realizar un acodo?
    No existe método único, pero todos ellos se basan en el mismo principio: interrumpir el camino de savia descendente para así lograr que se acumulen las hormonas, sin alterar para nada el ascenso de la savia. Es importante prestar especial cuidado a este punto o el acodo no prosperará. Si los caminos de savia descendente no se interrumpen completamente se acabará formando un feo abultamiento, un callo de cicatrización, pero no aparecerán raíces pues las auxinas podrán continuar su camino descendente. Si se cortaran inadvertidamente los caminos de savia ascendente habríamos obtenido un esqueje accidental, y si no nos diéramos cuenta enseguida perderíamos la planta.

    En el punto donde esperemos obtener raíces es necesario conseguir mantener un alto grado de humedad y así que deberemos emplear algún sistema para lograrlo. De igual modo hemos de tener en cuenta que a las raíces no les gusta la luz; van a crecer más en zonas oscuras. Por tanto se debe cubrir el punto del acodo, no solo para conseguir mantener la humedad, sino también para impedir el paso de la luz.

    El calor es otro factor a tener en cuenta ya que favorece el desarrollo de raíces. Si la planta en cuestión solo va a recibir luz por un lado, conviene ir rotándola periódicamente para conseguir una distribución uniforme de raíces en el acodo.

  • ¿Cómo realizar un acodo?
    No existe método único, pero todos ellos se basan en el mismo principio: interrumpir el camino de savia descendente para así lograr que se acumulen las hormonas, sin alterar para nada el ascenso de la savia. Es importante prestar especial cuidado a este punto o el acodo no prosperará. Si los caminos de savia descendente no se interrumpen completamente se acabará formando un feo abultamiento, un callo de cicatrización, pero no aparecerán raíces pues las auxinas podrán continuar su camino descendente. Si se cortaran inadvertidamente los caminos de savia ascendente habríamos obtenido un esqueje accidental, y si no nos diéramos cuenta enseguida perderíamos la planta.

    En el punto donde esperemos obtener raíces es necesario conseguir mantener un alto grado de humedad y así que deberemos emplear algún sistema para lograrlo. De igual modo hemos de tener en cuenta que a las raíces no les gusta la luz; van a crecer más en zonas oscuras. Por tanto se debe cubrir el punto del acodo, no solo para conseguir mantener la humedad, sino también para impedir el paso de la luz.

  • Método del anillo de corteza: En este caso el método empleado para lograr la interrupción de la savia descendente consiste en pelar un anillo de corteza en el tronco o rama a acodar.
    El anillo de corteza retirado debería tener una anchura aproximada de vez y media el grosor del tronco. De este modo nos aseguramos de que el árbol no forme un callo de cicatrización que puentee el anillo y por tanto tire por tierra nuestros planes. Al cortar el anillo de corteza se debería profundizar entre 2 y 4 milímetros, lo suficiente como para eliminar el cambium, la capa compuesta por los vasos de savia descendente, junto con la corteza, pero no tanto como para dañar la albura, el conjunto de vasos de savia ascendente.

    Los cortes deben ser lo más limpios posible y deberemos asegurarnos de que el corte superior quede perfectamente horizontal, o por lo menos, lo más horizontal posible. El motivo es que las auxinas van a acumularse en la zona más baja que les sea posible, así que si el corte es en diagonal acabaremos con una mala distribución de raíces.
    Una vez hemos separado el anillo, deberemos asegurarnos que todo el cambium ha salido junto con la corteza. Puede que incluso debamos raspar el acodo para eliminar los últimos restos.
    El calor es otro factor a tener en cuenta ya que favorece el desarrollo de raíces. Si la planta en cuestión solo va a recibir luz por un lado, conviene ir rotándola periódicamente para conseguir una distribución uniforme de raíces en el acodo.
    Seguidamente se debería impregnar el corte superior del acodo con hormona enraizante para favorecer en lo posible la emisión de raíces. No es algo imprescindible, pero si aconsejable.
    Apretar fuertemente un alambre de cierto grosor justo bajo ese corte favorecerá un engrosamiento en esa zona que nos servirá como incipiente nebari. Tampoco resulta imprescindible, pero en ocasiones puede ser una ayuda que además cortará definitivamente el flujo de savia descendente.
    Bajo este anillo de alambre también podemos colocar un pequeño disco de plástico que ayudará a que las nuevas raíces vayan distribuyéndose de forma más o menos horizontal, y por tanto a que vayamos encaminando correctamente el futuro nebari. Tampoco es algo necesario.

  • Seguidamente deberemos cubrir el acodo; algo que podremos hacer de varias formas distintas. Podríamos cubrir el acodo con una bolsa de plástico negro (es opaco y ayudará a mantener una temperatura más elevada en el interior del acodo), una maceta de plástico recortada, o incluso una rejilla de plástico que podríamos usar a modo de maceta. Depende un poco del lugar en el que se encuentre el acodo.
    Para rellenar la bolsa, o la maceta de plástico/rejilla podríamos utilizar diferentes materiales.
    Uno de los más comunes es usar musgo esfagno. Se trata de un musgo de fibra larga que retiene muy bien la humedad y nos puede servir perfectamente para nuestros propósitos. El problema que tiene es que al separar el acodo deberemos eliminarlo para desenredar las raíces y evitar futuras podredumbres, y eliminarlo completamente sin dañar las nuevas y delicadas raíces puede ser laborioso.
    También resulta factible utilizar parte de la mezcla de plantado, sobre todo si cubrimos el acodo con una maceta o con la rejilla. Por ejemplo se puede rellenar con akadama únicamente, o incluso akadama más algún material drenante.

    Una vez hecho esto, sólo debemos regar y asegurarnos de mantener la humedad en el acodo durante el tiempo que sea necesario hasta que emita las suficientes raíces y podamos separarlo cortando por debajo del punto donde emitió las raíces.





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domingo, 12 de julio de 2009

Especial Abono para el Bonsái

Especial Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


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viernes, 10 de julio de 2009

Especial Fotos de flores :flor de pajarito

Especial
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miércoles, 8 de julio de 2009

Jardin Fotos de Flores :rosas :¿como se llama ,lo sabes ?

Jardin
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lunes, 6 de julio de 2009

Yuyos Jardín oriental

Yuyos Los japoneses consideran que el mundo es tal y como la imaginación lo crea. No se distingue de uno mismo, de los sueños y la locura. El universo está en constante cambio, en continuo proceso de creación y destrucción, de vida y muerte. Nada es estático, nada permanece y así como las nubes cambian de forma y las estrellas el firmamento, así se mueven las montañas y los valles, aunque demasiado despacio para que lo aprecie el ojo humano. Según una tradición milenaria, dos grandes fuerzas opuestas se revelan en este proceso constante, el yin y el yang , representantes de cada polo sexual. Cada elemento del paisaje pertenece a una y tiene, por tanto, un atributo sexual. El paisaje ideal es el producto del equilibrio de ambas Unas complejísimas premisas filosóficas son la base del increible y sutil arte de la jardinería en Japón. Esta tradición se plasma en el sakuteiki, uno de los primeros manuales sobre jardinería escrito por Tachibana Toshituna (1028-1094). Se basa en el Feng Shui, arte universal de equilibrar y armonizar el flujo de energías naturales en el entorno para crear efectos beneficiosos en la vida de quien lo practica. De esta forma, si se disponían los objetos de una manera que no fuera la correcta, era un símbolo de mal presagio. El sintoísmo, por su parte, difundía la creencia de que el mundo está repleto de espíritus, y que estos habitan en las rocas, el agua o las plantas de tal forma que, para no desatar su cólera, se había de extremar el cuidado y las atenciones a estos elementos. Elementos naturales Estos jardines, despojados de toda suntuosidad, seducen por la sabia combinación de piedras, arbustos y arena, reflejando la sensibilidad de los japoneses y su amor a la naturaleza. El surco de agua que simula el recorrido de un río es altamente apreciado porque trae al jardín el sentimiento del valle, mientras que las rocas enterradas hasta más de la mitad de su volumen permiten lograr una mayor naturalidad de las montañas. Así, los jardines japoneses cumplen con la finalidad de servir como lugar de meditación donde el ser humano puede interpretar lo que presencia a su modo, concentrando la energía hacia el interior de su espíritu. En el mundo occidental, se intenta copiar esta forma de crear y cuidar el jardín. Sin embargo, la mera preocupación por lo estético que parecen tener estas réplicas no se tiene en su origen: en Japón, se huye del adorno fácil, tiene su origen en las creencias religiosas y busca una armonía mágica con el entorno y los elementos naturales. Las rocas son elementos con gran fuerza simbólica, por lo que la elección de la piedra ha de realizarse con sumo cuidado. Debe tener formas artísticas, aunque lo importante es saber aprovechar las ventajas naturales de la roca escogida usando, por ejemplo, las más planas en la confección de cascadas. En cuanto a la disposición de flores y plantas, no debe haber abundancia de canteros y motivos florales. La flor debe ser un toque de distinción, porque de lo contrario desviaría la atracción visual. Un jardín sobrio y visualmente panorámico es el secreto de la elegancia. La importancia del agua El agua es uno de los principales elementos en los jardines orientales, y debe dar la sensación de que brota de la vegetación. Los conocidos como 'sansui' eran unos jardines grandiosos que se podían recorrer en barca, surcando el agua del arroyo o de los lagos artificiales con islas . El estanque era el centro de atención, de forma que todo el diseño del jardín giraba a su alrededor y, aunque éste no se encontrase necesariamente en el medio, sí ocupaba un lugar privilegiado. En los lagos, tiene suma importancia el lugar por donde penetra el agua, normalmente en forma de cascada, que debe ser un punto de interés donde se centre la atención. Además, no es conveniente que pueda verse totalmente desde ningún punto del jardín. Las cascadas son otro de los elementos característicos de este tipo de jardines, ya que introducen el sonido y el movimiento en el diseño general, de forma complementaria a la del viento que mueve los árboles y el follaje. Y, por supuesto, también relacionados con el agua, están los puentes, siendo el más característico el constituido por una única laja de piedra o sustituyéndola por un material más barato y menos noble como la madera. Las islas sirven también para crear otros focos visuales de interés. También existen los jardines secos, que sustituyen el agua por la grava, marcando en ellas formas naturales, simulando arroyos, etc. Las piedras que sobresalen en grupos son, ni más ni menos, las islas donde reposan los elegidos en paz. Son las rocas las que cobran especial importancia y el concepto fundamental es el del equilibrio, equilibrio implícito, asimétrico de formas y esquemas, el equilibrio entre las formas y los colores, el agua y el follaje, entre lo vacío y lo lleno.

domingo, 5 de julio de 2009

Especial Higuera desde acodo

Especial Este acodo data de la primavera de 2004. Está hecho en la rama de una higuera de más de 50 años.



Siguiendo los pasos de un acodo, se formó este tremendo cepellón en apenas 3 meses.


Una vez retirado el acodo del árbol nos queda como se ve. Ahora es necesario transplantarlo, pero antes se le quitarán las hojas para evitar que se deshidrate.



Se planta en la maceta que se tiene más a mano (quizás no la mejor) y queda de esta forma


Se separa en septiembre de 2004 y se planta en una maceta de plástico hasta la primavera de 2005. Allí se deja para que eche hojas sin mucho control. En primavera de 2005 se transplanta a una maceta de entrenamiento no muy grande (quizás se debió dejar que engordara y enraizara más en la de plástico). La parte de arriba retiró sabia y entonces se aprovechó para usar como ápice la rama lateral que subía a la izquierda.


Enero de 2007, después de más de una año de cultivos, podas y pinzados.


A finales de mayo. Se va a defoliar para que ramifique un poco y reduzca el tamaño de la hoja. Tiene las suficientes raices y esta bien 'alimentada' del otoño.